Cuarto día - 08/08/2019

Al llegar al centro me dirigí directamente al despacho de los voluntarios , ya que empezaba a llover. Dentro me puse la bata y mande un mensaje a los encargados diciendo que ya había llegado.
Mientras esperaba, me fije en los distintos trastos que se encontraban en la salita, dándome una idea de las diferentes actividades que se realizan con los abuelos. Creo que me distraje demasiado con una de las pelotas de fútbol que había tiradas por el suelo, porque no me di cuenta de que Emma estaba tocando la puerta.
Nos dirigimos a las plantas para sacar a los abuelos en silla de ruedas y llevarlos a otra sala. La lluvia se acercaba así que no pudimos pasear a los ancianos por todo el centro y nos quedamos en aquella sala. Dentro conocí a otra trabajadora y los otros abuelos que se encontraban sentados en un círculo, todos parecían tener la misma edad excepto uno que era más joven que los otros. Empezamos a jugar al juego de "Simón dice", algunos no sabían jugar, así que se tuvo que parar el juego durante unos minutos para decirles cómo se jugaba, había también un grupo de señoras que no podían dejar de reírse de las cosas que sucedían, tenían una risa contagiosa así que todos se reían.
Al rato, cambiamos de juego, el "veo veo", y el mismo grupo de señoras se reían porque algunos no sabían qué cosa tenían que adivinar, y lo confunden con objetos que se veían fuera de la ventana, como un árbol o una de las ambulancias. Había otro grupo que era más atento que los demás y se fijaban en elementos que no te esperarías, lo cual me sorprendió bastante ya que yo tampoco me di cuenta.
Al acabar, con que la lluvia se hacía notar, llevamos a los ancianos que lo necesitaban a sus plantas, allá dentro les iban a poner música pero el reproductor no funcionaba, pero esto no pareció molestar a los abuelos ya que parecía ser un día tranquilo.

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